A algunos quizá no les parezca un mayor problema el desperdicio de tiempo, salvo por el hecho de que nuestro tiempo en realidad no es nuestro, sino de Dios. No solo eso, sino que es un recurso limitado. Uno puede ser la persona más rica del mundo y aun así no puede comprar más tiempo.
Si queremos tener un corazón sabio, según el salmista, debemos contar nuestros días. “Tus días están contados” dará una mirada bíblica a la forma en que pasamos nuestros días para cultivar esta mentalidad de ver cada día como una oportunidad vital para vivir para la gloria de Dios.
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