Como creyentes, nos esforzamos por complacer a Dios a través de nuestra obediencia, pero a menudo fallamos. Por mucho que lo intentemos, el cumplimiento de los mandamientos bíblicos como «regocíjate siempre», «no tengas miedo», «da alegremente» y «ámense los unos a los otros» puede ser fácilmente eludido.
Pero imaginen una vida donde la obediencia a Dios es una fuente de alegría profunda y satisfactoria. Imaginen una vida donde la obediencia no es una carga, sino el deseo y el anhelo de nuestros corazones. ¿Suena eso como un sueño imposible? Le sorprenderá saber que este es el tipo de vida que la Biblia nos anima a seguir.
En este libro, el pastor Jonty Allcock nos guía a través de un proceso de cuatro pasos que nos ayudará a mirarnos menos a nosotros mismos y a depender más de Dios, permitiendo una obediencia alegre guiada por el espíritu. Los cuatro pasos implican admitir a nosotros mismos y decir lo siguiente:
No puedo (honestidad sobre nuestra propia impotencia)
Lo siento (pena por nuestra obstinada negativa)
Por favor, ayuda (llamada esperanzadora a nuestro Padre celestial)
Vamos (levantándonos y empezando a obedecer)
Al enfrentarnos a las imposibles órdenes de Jesús, llegamos al final de nuestra propia voluntad y determinación, y terminamos a los pies de Jesús. Escapamos de la esclavitud de lo imposible y nos encontramos en las manos de un Dios que puede hacer todas las cosas. Donde no obedecemos, hay gracia. Donde logramos obedecer, allí encontramos el milagro de la obediencia guiada por el Espíritu.
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