Pecamos de inocentes si pensamos que el crecimiento numérico es lo único o primordial desde el punto de vista del Evangelio. Tarde o temprano tenemos que preguntar hasta qué punto tal crecimiento sirve a la causa del Reino de Dios y su justicia, y hasta qué punto sirve a mezquinos intereses humanos.
Un estudio sencillo y al mismo tiempo desafiante, ideal para reflexionar en grupos, extraído de “Una iglesia capaz de volver a pensar la misión”, del mismo autor.
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