Hace algún tiempo salió un slogan publicitario que decía “Los mexicanos somos guadalupanos”. Solo que hay un grave error en este dicho. La constitución mexicana dice: “Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos de culto respectivo” (Art. 24).
De manera que no todos somos guadalupanos. Algunos hemos decidido en pleno uso de nuestras facultades ser solamente creyentes de Cristo. Somos cristianos evangélicos, no guadalupanos. El guadalupano es esclavo de un engaño demoniaco que lo está llevando a una condenación segura. Este libro se o mostrara.
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