Procuremos los dones, sin excesos.
Con el mover de Dios también se manifiestan los excesos, los extremos, pero se deben corregir con mucho cuidado para no apagar el avivamiento. Somos la continuación de la iglesia de los Hechos, y no de la iglesia de los dichos. Todavía nos esperan los mejores días. Mas en medio de esta efervescencia religiosa, de esta demostración sobrenatural y de esta explosión espiritual debemos cuidarnos de los extremos y de los abusos carismáticos.
El movimiento pentecostal que es de Dios y ha sido utilizado por el Espíritu Santo, a causa de muchos líderes de nuevas revelaciones y nuevas unciones, se ha ido a muchos extremos y abusos con la manifestación de los dones. Este libro “¡Cuidado con los extremos!” tiene el propósito de traer un equilibrio entre los usos y abusos de los dones espirituales.
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